En el mercado existen infinidad de productos para el cuidado de la piel, y también para los diversos tipos de piel que existen: seca, sensible…
Pero además del tipo de piel, también se debe tener en cuenta la edad de la persona, ya que este dato también influye en el tipo de piel que ésta tenga, y sobre todo, en los cuidados que se deben hacer.
A los 20 años, la piel está espléndida y sólo necesita limpieza, protección solar e hidratación (tanto de día como de noche.
A los 30 años, se llega al momento de proteger y prevenir, ya que la renovación celular se debilita, la resistencia frente a las agresiones externas disminuyen y surgen las primeras arrugas. Se empieza a perder luminosidad y firmeza. Es el momento de empezar con la exfoliación semanal, los hidratantes enriquecidas con retinol y las vitaminas e ingredientes que luchen contra los radicales libres. Se debe prestar especial atención a los rayos del sol, usando protección para mantener el buen estado de la piel.
A los 40 años la piel necesita reafirmarse y nutrirse. El controno de los labios y del entrecejo muestran arrugas y las temidas patas de gallo se dan a conocer. La piel de la cara muestra un aspecto apagado. Para tener una piel tersa se necesitan cremas que contribuyan a la aceleración de la producción de colágeno y elastina. También es el momento de utilizar los productos despigmentantes que borran y difuminan las manchas.
Al llegar a la menopausia se pierde la luminosidad, la flexibilidad y la elasticidad de la piel, debido al cambio hormonal. El síntoma más marcado es el adelgazamiento de la dermis que se atrofia y hace que los tejidos se relajen más que en cualquier otro momento de la vida. A esa edad se deben utilizar productos que revitalicen la regeneración celular y que, además, tonifiquen, hidraten y difuminen las arrugas.
Vía
4 de noviembre de 2007 | 
16 comentarios
